miércoles, 20 de agosto de 2014

La justicia poética de Guillermo Ouviña



LA JUSTICIA

Me maltratan los amos de la Historia,
aunque deje su fama transparente,
pues no dan el laurel para el sirviente
que les limpia los trapos de su gloria.

Mi modesta labor es meritoria.
Cenicienta y fregona, mas, decente,
lavo y tiendo la culpa de la gente,
pero un lavar ensucia mi memoria.

Tuve en Tiempos del Gólgota, lejanos,
un asunto trivial con dos ladrones.
Hasta hoy no descubro las razones

de ese lavar que ensangrentó mis manos.
Mi función es fallar. Algunas veces,
por obra del error, fallé con creces. 


En Sonetos de ley y trampa y otras poesías.
Guillermo Ouviña

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